Construido sobre un piso de ladrillos de casi 80 años, este luminoso y acogedor cuarto invita a reponer energías luego de un día de aventuras. Equipado con kitchenette y una heladerita, brinda la posibilidad de calentar algo rico para comer y guardar las provisiones.
Tiene un bonito baño privado y un curioso ático para relajarse leyendo antes de calzarse la mochila y salir a pasear.
Es muy pequeñito, pero igualmente encantador.